miércoles, 20 de enero de 2016

La Autoestima



Seguro que muchas veces has escuchado hablar de LA AUTOESTIMA, probablemente, muchos creen tener problemas con ella; pero... ¿qué es la autoestima?

¿Te ha sucedido alguna vez que dejas de creer en ti? ¿Que no haces algo porque tu misma te dices que NO PUEDES, sin ni siquiera haberlo intentado? ¿Te miras al espejo y no te gusta lo que ves? ¿Te gustaría ser quien no eres? ¿Dejas de hacer cosas por no creer que puedas o por temor a hacer el ridículo?

Si más de una respuesta es que sí entonces necesitas trabajar tu autoestima.
La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. En resumen, es la percepción evaluativa de nosotros mismos.



La autoestima se desarrolla desde la infancia y va entorno a la categorización que realiza uno mismo de las diferentes vivencias que experimenta y el resultado de las mismas. Un ejemplo seria al niño el cual no logra resultados satisfactorios jugando a futbol, por el motivo que sea, si el discurso y el feedback que recibe es “no vales para hacer deporte”, seguramente ese niño integrara ese mensaje y se pondrá el límite de no practicar deporte porque no es válido “NO PUEDO”.

¿Ese niño no es válido para los deportes? No, ese niño puede ser muy válido en otros deportes, incluso en el futbol, quizás solo hace falta cambiarlo de posición o apuntarlo a otro deporte que lo motive más o donde pueda explotar sus cualidades (quizás es más habilidoso en el baile, en la natación, en el waterpolo,…)


A continuación os dejo un cuento para acabar de entender como nos afecta el término de autoestima en nuestro día a día se titula ¿Cómo crecer? Y su autor es Jorge Bucay:

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.

Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid.

Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.

La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.

Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó: ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?

No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado.

En aquel momento me dije: “Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda”.

Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a ti mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Puedes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por ti, o puedes marchitarte en tu propia condena. ‘


En este cuento, lo que nos explica es la enorme MANIA que tiene la sociedad de compararnos y entrar en el enorme error de compararte con otros para querer tener esas habilidades y menospreciar o minimizar las tuyas.

No es sano compararse con otras personas, primero porque no va ha haber nadie igual que tu, y después porque tus experiencias, hábitos, creencias, valores,… no son los mismos que los de las otras personas.

Para triunfar no hace falta ser como Einstein, Walter Elias Disney, Lionel Messi o Michael Jordan; basta con potenciar tus cualidades y hacer de ti tu mejor versión.

La importancia de quererte y conocerte, aceptarte tal y como eres, ser capaz de visualizar y aprender de tus errores y ser capaz de enfrentarte a procesos de cambio que te lleven en cada momento a poder ser tu mejor versión.

Haz la prueba, mírate al espejo y contéstate a las siguientes preguntas ¿Cuánto me quiero? ¿Me gusta lo que veo? ¿Qué podría potenciar para ser una mejor versión de mí mismo?

¿Te ayudo?

Psicóloga Judit López
Psicóloga en Santa Coloma de Gramenet
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martes, 1 de septiembre de 2015

Dejar atrás los Problemas



En el bloc de hoy me interesa poner en vuestro conocimiento un cuento, se titula El árbol de los problemas, el cual nos servirá para hacernos reflexionar.

Es interesante la visión que nos da sobre el trabajo y las preocupaciones que este nos desata a diario y la compaginación con la vida familiar.

El cuento dice así…
Un rico comerciante contrató a un carpintero para restaurar una antigua casa colonial. Como el comerciante era de esas personas a las que les gusta tener todo bajo control y le preocupaba que el trabajo no quedase bien, decidió pasar un día en la casa, para ver cómo iban las obras.

Al final de la jornada, se dio cuenta de que el carpintero había trabajado mucho, a pesar de que había sufrido varios contratiempos. Para completar el día de mala suerte, el coche también se negó a funcionar así que el empresario se ofreció para llevarle a casa.

El carpintero no habló durante todo el trayecto, visiblemente enojado y preocupado por todos los contratiempos que había tenido a lo largo del día. Sin embargo, al llegar invitó al comerciante a conocer a su familia y a cenar, pero antes de abrir la puerta, se detuvo delante de un pequeño árbol y acarició sus ramas durante pocos minutos.


Cuando abrió la puerta y entró en la casa, la transformación era radical: parecía un hombre feliz. La cena transcurrió entre risas y animada conversación. Al terminar la velada, el carpintero acompañó al comerciante al coche. Cuando pasaron por delante del árbol, este le preguntó:

- ¿Qué tiene de especial ese árbol? Antes de entrar estabas enojado y preocupado y después de tocarlo eras otro hombre.

- Ese es el árbol de los problemas – le respondió el carpintero. – Soy consciente de que no puedo evitar los contratiempos en el trabajo pero no tengo por qué llevarme las preocupaciones a casa. Cuando toco sus ramas, dejo ahí las preocupaciones y las recojo a la mañana siguiente, cuando regreso al trabajo. Lo interesante es que cada mañana encuentro menos motivos para preocuparme que los que dejé el día antes. 

Esa noche, el rico comerciante aprendió una de las lecciones más valiosas de su vida.

Reflexión: 

Aprender a desprendernos las preocupaciones laborales diarias puede parecer una habilidad difícil,conseguir que estas preocupaciones no me afecten en otros ámbitos, pero si consigo modificar mis conductas, con práctica puede conseguirse y convertirse en un  hábito que nos permitirá disfrutar mejor de nuestra vida.

Las preocupaciones son como montar en una bicicleta estática: cansan pero no llevan a ninguna parte. Cargar con la mochila de preocupaciones durante todo el día genera estrés, angustia, ansiedad y gran malestar, creándose una bola cada vez más grande que fomenta la irritabilidad y la negatividad... además de impedirnos disfrutar del presente. Es importante poder separar y que no mezclar la vida laboral con la personal y con la familiar. 
Cada una es diferente, y mis padres, pareja, hijos, amigos no han de ser los receptores del malestar generado en otro ámbito ni viceversa.

Para poder ponerlo en práctica y mejorar estas situaciones  podemos practicar y fomentar habilidades que nos permitan "soltar lastre" diariamente. 

Esto lo podemos conseguir creando nuestro propio "árbol de las preocupaciones" el cual puede ser: hacer deporte, practicar relajación, meditación,  ejercicios mentales, escribir las cosas negativas del día en una libreta, etc. 

¿Cómo te sentirías teniendo tu propio árbol de las preocupaciones?


Crea tu árbol de las preocupaciones y recuerda dejarle las cosas negativas y abrazarlo cada día.

¿Te apuntas a crearlo? 

Psicóloga Judit López
Psicóloga Clínica, Psicóloga Forense y Psicóloga Coach.

Psicóloga en Barcelona
Psicóloga en Santa Coloma de Gramenet
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lunes, 24 de agosto de 2015

Errores del Pensamiento


Nunca te has parado a pensar ¿Por qué tengo un mal recuerdo de esta situación mientras que los demás tienen un buen recuerdo? ¿Qué hace que cada vez que me enfrente a una situación similar se vuelva en contra y acabe teniendo malos recuerdos de esta? ¿Qué me impide disfrutar de determinadas situaciones?

No son las situaciones las que provocan que nos sintamos de una manera determinada, sino que es la interpretación que hacemos de éstos (a través del pensamiento) lo que hace que tengamos un mejor o peor recuerdo de la situación.

Las distorsiones cognitivas son formas típicas y habituales de cada uno de nosotros para interpretar y reaccionar ante la realidad. Muestran nuestro estilo de razonamiento. Las empleamos sin casi darnos cuenta, creyendo que nos ayudan y sin embargo pueden llegar a hacernos sentir mal y desadaptados.

Os voy a explicar un poco mejor esto, y es que hay una tríada que condiciona el recuerdo que nosotros tengamos de esa situación o acontecimiento provocándonos creencias limitadoras o potenciadoras.

Ante una situación determinada, se me activan unos pensamientos automáticos erróneos, los cuales hacen que se me activen una emociones o sentimientos determinados, los cuales generan una serie de pensamientos circulares, provocando una  activación emocional más potente, lo cual genera que yo actúe o mantenga una conducta determinada.

Os lo voy a explicar con un ejemplo mi pareja no me coge el teléfono (situación), si mi pensamiento es no me lo coge porque me está engañando (pensamiento automático), siento malestar, rabia (emoción), entro en una espiral circular de pensamientos irracionales (claro seguro que ha plegado y se ha ido con la compañera de trabajo, habrá quedado con ella, y yo aquí esperándole, sin hacer nada, siempre igual, nunca aprenderé,… mis emociones se potencian, pudiendo sentir ira, y cuando mi pareja llegue a casa, mi conducta va a ser hostil, agresiva, lo cual va a provocar un enfrentamiento seguro.

Si por lo contrario pienso bueno se habrá entretenido por el camino (pensamiento), tranquilidad, armonía (emoción), y cuando llegue mi pareja a casa mi conducta será cariñosa, con ganas de recibirla y de compartir momentos, y el tono de conversación será asertivo, agradable.

Para poder modificar esta percepción que tengo sobre las situaciones es importante conocer los errores cognitivos más usuales que nuestra mente utiliza para engañarnos y potenciar la credibilidad de nuestra identidad y creencias limitadoras.



Los errores cognitivos más comunes son:

1. Filtrar: únicamente se percibe un elemento de la situación con exclusión del resto. Se resalta un simple detalle que tiñe todo el hecho. “Pedro ex-toxicómano tiene un amigo que no tiene que ver con las drogas, un día se lo encuentra y lo ve con mala cara. Pedro piensa que ha consumido”.

2. Pensamiento dicotómico o de extremos: se tiende a percibir los hechos de forma extremista, blanco-negro, bueno-malo, todo-nada. “Es una mala persona porque ha robado”. “Cometo una equivocación y ya soy un incompetente”.

3.Generalización: A partir de un elemento o un solo ejemplo se obtienen conclusiones generalizadas. “El curso de manualidades no me gustó, ya no me apunto a ningún otro curso”.

4.Lectura del pensamiento: son “adivinaciones” de cómo se sienten o piensan los demás dándolo por válido sin tener pruebas. “Un hombre pide un paquete de camel en un estanco y el empleado le dice que se le ha acabado. El hombre piensa que tiene esos cigarrillos pero que quiere deshacerse de él porque no le gusta su aspecto”.

5. Visión catastrófica: continuamente se espera el desastre y todo se ve de color negro. Verbalizaciones del tipo “y si, ya pero, seguro que…”. “No podré dejar las drogas”.

6. Minimización: Lo contrario del catastrofismo. Se minusvalora el significado de los resultados. “No fue tan bueno”.

7. Fijarse en lo negativo de la situación/descalificar lo positivo: Es la tendencia a atender o recordar los aspectos de las situaciones típicamente negativos, a expensas de otros más positivos. “El fin de semana en el balneario fue horrible porque no paró de llover”

9.Personalización: es la tendencia a creerse la causa de las cosas que ocurren. La persona cree que todo lo que hace o dice es una reacción hacia ella. “Un recién casado creía que cada vez que su mujer hablaba de cansancio, significaba que ya estaba cansada de él”.

10.Razonamiento emocional: Consiste en creer en que algo que tú sientes debe ser una realidad. Es más probable que ocurra cuando las emociones son intensas. Si te sientes desbordado, puedes creer que la realidad es desbordante. Sin embargo ello puede depender más de tu interpretación que de los hechos objetivos. “Es verdad porque yo lo siento así”. “Me siento incapaz, soy incapaz”.

11. Culpabilidad: Cuando conviertes al otro en responsable de tus decisiones o cuando te culpas de las decisiones ajenas. “Tuve una recaída porque me echaron del trabajo”, “actuó así porque yo le provoqué”.

12.  Los “debería”: La persona posee una lista de normas rígidas y absolutas. Para que todo funcione tanto uno mismo como los demás deben cumplirlas. “No debería equivocarme nunca”, “mis hijos deben sacar siempre las mejores notas”.

13.  Tener razón: La persona nunca se equivoca, no admite pruebas en contra de su posición. “Digas lo que digas eso no es motivo de sanción”.

14.  Ilusión de cambio: Cuando una persona trata de forzar a otra para que cambie, en realidad está pidiendo que los demás sean diferentes para hacerle más feliz o sentirse mejor. Supone que su bienestar depende de la forma de ser de los otros. Conlleva aplazamiento de decisiones. “Últimamente me trata muy mal pero es debido al estrés en su trabajo. En cuanto cambie de trabajo dejará de tratarme así”.

Y ahora que se detectarlo ¿cómo los modifico? ¿Cómo dejo de activarlos ante determinadas situaciones?

El primer paso es identificarlas, y hacer un balance sobre si eso que pienso puedo fundamentarlo o no, si no puedo, he de intentar modificarlo por otro positivo. Por ejemplo: llega tarde eso quiere decir que esta con otra. Vale ahora responde ¿qué fundamentos o pruebas tienes para decir que llega tarde porque esta con otra? Seguramente con tus respuestas la credibilidad del pensamiento disminuya y lo pueda modificar por uno como “bueno cuando venga le preguntaré porque se ha retrasado.”


Después de leer este post ¿has podido identificar errores del pensamiento que tienes habitualmente? Y ahora que los has localizado ¿TE ANIMAS A CAMBIARLOS? ¿TE ANIMAS A LLEVAR UNA VIDA COMO TU DESEAS?


Si quieres que te ayude a mejorar no lo dudes ¡contáctame!

Psicóloga Judit López.
Psicóloga Clínica, de la salud, Forense y Coach.
Psicóloga en Barcelona.
Psicóloga en Santa Coloma de Gramenet.

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martes, 18 de agosto de 2015

Personas Tóxicas


“No te amarres a quienes no se alegran con tus éxitos.” Bernardo Stamateas.

¿Cuántas veces te has menospreciado a causa de comentarios de personas cercanas a ti (padres, tíos, hermanos, hijos, amigos, jefes, compañeros,…)?

¿Cuántas veces has pensado porqué sigues quedando, hablando, llamando,… a esa persona que no te aporta nada?

Si has respondido que sí a las preguntas anteriores es a causa de que estas rodeado de alguna persona TÓXICA.

Una persona tóxica es aquella que te absorbe tu energía, aquella persona negativa, pesimista, que critica continuamente lo que haces, si no entra dentro de su mapa de la realidad, envidiosa, celosa, y que nunca se alegra de los éxitos de los demás.

Pero concretando un poco más, aquí os dejo unos puntos clave para detectar a personas tóxicas:
1. Hablan continuamente y en exceso de sí mismas.
2. Su discurso está construido a través de quejas y pesimismo.
3. Asume el rol de víctima, pretende ser el centro de atención constantemente o simplemente no pasar desapercibido.
4. Toma la actitud de que el mundo está contra de su persona, no se para a analizar las situaciones que genera él mismo o se dan a su alrededor.
5. Son envidiosos, celosos y soberbios en la vida de las personas y en la suya propia, son como vampiros emocionales que roban la energía de los demás.
6. No son felices ya que su modo de pensar les impedirá vivir en paz y en armonía con los demás y su alrededor.
7. Una persona que sufre y siente la envidia no se alegrará con las alegrías de las personas que quiere ya que, a nivel interno, vive siempre pendiente de su propia carencia.



Y ahora pregúntate ¿Qué te aporta esta persona en tu vida? ¿Qué consigues teniéndola cerca? ¿Te acerca a la consecución de tus objetivos personales o te aleja?

Si te has dado cuenta de que hay personas a tu alrededor que no te están aportando lo que realmente te acerca a conseguir tus objetivos, aprende en qué lugar quieres ponerlas, si las quieres cerca o vas a empezar a coger las riendas de tu vida y a apartar de ti todo aquello que te está impidiendo realizarte y ser FELIZ.


Si te he ayudado, si has conseguido abrir los ojos, pero aun sigues sin saber cómo llevarlo a la acción no dudes en contactar conmigo para abrir camino y empezar el arte de FLUIR.


Psicóloga Judit López
Psicóloga Clínica, Psicóloga Forense y Psicóloga Coach.

Psicóloga en Barcelona
Psicóloga en Santa Coloma de Gramenet

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domingo, 9 de agosto de 2015

¿Que me impide conseguir mis objetivos?

En el post de esta semana he decidido tratar un tema problemático con el que me encuentro con muchas de las personas que asisten a consulta. Es el de FIJAR OBJTIVOS.


Los objetivos, son extremadamente importantes en nuestra vida, debido a que permiten trazar el camino que nos llevará a conseguir lo que queremos. Prácticamente se puede decir que una persona es exitosa, es aquella que sabe fijar objetivos.

 Y es que viéndolo bien, si sabemos qué camino tomar, es perfectamente posible que lleguemos al destino. Pero si se anda sin un rumbo como tal, la caminata puede llevarnos a cualquier lugar. Tal y como en Alicia en el país de las maravillas.

Pero no siempre saber hacia dónde quiero ir, hace que mi objetivo este bien desarrollado, de ahí donde erradican muchos de los problemas y las frustraciones.

No te has preguntado muchas veces ¿Por qué no he conseguido lo que quería? ¿Qué es lo que me ha hecho fallar?

Pues bien, muchas veces no somos capaces de conseguir llegar a nuestro objetivo ya que este está mal formulado. Un objetivo ha de tener las siguientes características:


(S)  ESPECÍFICOà lo más concreto posible para poder identificar lo que se deseas lograr. Napoleón Hill dice que una de las reglas del éxito es la definición precisa de objetivos. Por ejemplo: ‘Voy a ponerme en forma’ no es un objetivo específico. ‘Voy a correr 30 minutos diarios de lunes a viernes’ si es específico.

(M) MEDIBLEàPara poder saber si lo estamos cumpliendo o no estamos llegando a lo que nos habíamos propuesto. Al medir un objetivo podemos compararlo con la planificación o con el objetivo y decidir en caso de desviaciones o variaciones que medidas correctivas vamos a tomar. El ejemplo anterior de correr 30 minutos cada día es medible, y por tanto está correctamente planteado ya que permite saber si no se está cumpliendo.

(A) ALCANZABLEà deben depender de ti, ya que si involucro a otras personas en el objetivo lo he de hablar y consensuar con ellos y que estos estén de acuerdo. No puedo fijarles objetivos a los demás “que me pida perdón por lo que me dijo” no es mi objetivo, yo no puedo inducir a los demás a tener una conducta determinada, si puedo “decirle lo que siento”.

(R) REALISTASàLos objetivos planteados deben estar dentro de las propias posibilidades. Proponerse algo irrealizable es una puerta abierta al fracaso. El objetivo ‘voy a competir en las próximas olimpiadas’ puede no ser realista para ti, desde luego que para mí no lo seria, pero quizá el objetivo de participar en la próxima carrera de tu ciudad puede que si esté a tu alcance.

(T) TEMPORALIZADOSàrequieren un plazo de tiempo límite para ser cumplidos. Acotar algo en el tiempo quiere decir que se debe establecer un plazo dentro del cual se debe cumplir el objetivo. Se observa que normalmente lo que primero realizamos es aquello para lo que tenemos menor plazo y que dejamos para después lo menos urgente. En caso de no contar con un límite de tiempo se puede caer en la relajación y el objetivo se puede ir postergando hasta el infinito. Un ejemplo acotado en el tiempo puede ser: “voy hablar con mi cliente sobre la orden hoy” o “voy a poner orden en mi oficina hoy”.

Bien ahora vuelve a repasar tus objetivos actuales, y mira si cumplen todas las condiciones, si no es así, ya sabes quizás cual sea el motivo de no estar alcanzándolos.

¿TE AYUDO A PLANTEARTE CORRECTAMENTE TUS OBJETIVOS?

Psicóloga Judit López
Psicóloga Clínica, Psicóloga Forense y Psicóloga Coach.

Psicóloga en Barcelona
Psicóloga en Santa Coloma de Gramenet

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martes, 21 de julio de 2015

Las diferentes gafas de la realidad.


Hoy me gustaría explicaros un cuento, seguramente habéis escuchado o leído este cuento muchas veces durante vuestras vida, con la diferencia de que esta vez, su protagonista es EL LOBO. Os hablo del cuento de la Caperucita Roja, esa niña risueña, a la que un feroz y malvado lobo asustaba y se la intentaba comer, pero... vamos a ver que nos explica el Sr. Lobo sobre su historia:


El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo ordenado y limpio.
Un día soleado, mientras estaba recogiendo las basuras dejadas por unos turistas sentí pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi venir una niña vestida en una forma muy divertida: toda de rojo y su cabeza cubierta, como si no quisieran que la vean. Andaba feliz y comenzó a cortar las flores de nuestro bosque, sin pedir permiso a nadie, quizás ni se le ocurrió que estas flores no le pertenecían. Naturalmente, me puse a investigar. Le pregunte quien era, de donde venia, a donde iba, a lo que ella me contesto, cantando y bailando, que iba a casa de su abuelita con una canasta para el almuerzo.
Me pareció una persona honesta, pero estaba en mi bosque cortando flores. De repente, sin ningún remordimiento, mató a un mosquito que volaba libremente, pues también el bosque era para el. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin anunciarse antes y comenzar a maltratar a sus habitantes.

La dejé seguir su camino y corrí a la casa de la abuelita. Cuando llegue me abrió la puerta una simpática viejecita, le expliqué la situación. Y ella estuvo de acuerdo en que su nieta merecía una lección. La abuelita aceptó permanecer fuera de la vista hasta que yo la llamara y se escondió debajo de la cama.
Cuando llegó la niña la invite a entrar al dormitorio donde yo estaba acostado vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó sonrojada, y me dijo algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran par oírla mejor.
Ahora bien me agradaba la niña y traté de prestarle atención, pero ella hizo otra observación insultante acerca de mis ojos saltones. Ustedes comprenderán que empecé a sentirme enojado. La niña tenía bonita apariencia pero empezaba a serme antipática. Sin embargo pensé que debía poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me ayudaban para verla mejor. Pero su siguiente insulto sí me encolerizo. Siempre he tenido problemas con mis grandes y feos dientes y esa niña hizo un comentario realmente grosero.

Sé que debí haberme controlado pero salté de la cama y le gruñí, enseñándole toda mi dentadura y diciéndole que eran así de grande para comerla mejor. Ahora, piensen Ustedes.: ningún lobo puede comerse a una niña. Todo el mundo lo sabe. Pero esa niña empezó a correr por toda la habitación gritando y yo corría atrás de ella tratando de calmarla. Como tenía puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para correr, me la quité pero fue mucho peor. La niña gritó aun más. De repente la puerta se abrió y apareció un leñador con un hacha enorme y afilada. Yo lo mire y comprendí que corría peligro así que salté por la ventana y escapé.
Me gustaría decirles que este es el final del cuento, pero desgraciadamente no es así. La abuelita jamás contó mi parte de la historia y no pasó mucho tiempo sin que se corriera la voz que yo era un lobo malo y peligroso. Todo el mundo comenzó a evitarme.

No sé que le pasaría a esa niña antipática y vestida en forma tan rara, pero si les puedo decir que yo nunca pude contar mi versión. Ahora Ustedes ya lo saben.

¿Qué opináis ahora sobre la historia? ¿Quien tiene razón? 
Pues bien, no se trata de saber quien tiene razón y quien miente, muy a menudo, las historias o vivencias, no significan lo mismo para ninguno de los actores participantes en ella, y seguramente las versiones no se parezcan en nada, y eso no significa que nadie este mintiendo, solo significa que cada persona vive las experiencias según su mapa de ver e interpretar la realidad.
Cada mapa es diferente y personal, y esta realizado según las experiencias vitales vividas por cada persona. Eso no quiere decir que un mapa sea mejor que otro o que uno tenga más poder, hemos de aprender a valorar y respetar todos los mapas, y aprender de ellos.
¡No podemos intentar instaurar nuestro mapa al resto de personas!
¿Qué gafas eliges tu para verla?


Ahora cuando veas que tu hijo, tu marido, tu cuñada, tu madre, tu amig@ te explican diferentes versiones sobre el mismo conflicto, se capaz de entender a cada uno, y deja de buscar quién miente en la historia, así no vas a ayudar y solo vas a dejar que la rabia y la ira se apoderen de ti al pensar que alguien te está mintiendo.

Psicóloga Judit López
Psicóloga en Santa Coloma de Gramenet
Psicóloga en Barcelona.

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miércoles, 15 de julio de 2015

Responsabilidad vs Culpabilidad



Es un error muy común el no ser capaz de distinguir emociones, así lo que conseguimos es tener un sentimiento y unos pensamientos descompensados a la situación que estamos viviendo.
Es el caso de la culpa y la responsabilidad. El sentirse culpable significa sentir que la situación sucedida es debida a alguna acción que has hecho, haciéndote sentir triste, enfado con uno mismo, rabia, frustración,... y otra serie de sentimientos que hacen que nos paralicemos y nos quedemos atónitos martirizándonos por aquello que tan mal hemos hecho.
Pero¿realmente es culpa tuya todo lo que ha sucedido?
Pongamos un ejemplo:
Un amig@ se enfada con nosotros por un comentario que hemos hecho en la comida sobre su actual situación laboral.
¿Qué se enfade conmigo es mi culpa?
Analicemos la situación:
Durante la conversación en la hora de comer yo he decidido opinar sobre el tema que se estaba tratando, ¿opinar te hace culpable? Si realmente esa persona no quería escuchar opiniones que no hubiese sacado el tema de conversación.
Nosotros podemos moderar la manera o mirar las formas en como hemos dicho las cosas, pudiendo modificar el tono o contenido del discurso.
Es decir somos responsables de cómo hemos expresado nuestra opinión, pero no somos culpables de que ese amigo se enfade.



La responsabilidad por lo contrario es un sentimiento que nos hace ser conscientes de los errores o fallos que hemos tenido ante una situación. Así la responsabilidad me implica acción, movimiento, ganas de ponerle solución al error cometido.
Es decir, siguiendo con el ejemplo anterior, desde la perspectiva de la responsabilidad yo iría a mi amig@ y le pediría disculpas por el tono utilizado o las formas en las que me he dirigido a ella.

En el siguiente cuadro entenderéis la diferencia de mantener un sentimiento de culpa ante una situación o mantener un sentimiento de responsabilidad.

CULPA

RESPONSABILIDAD

Parálisis (no me hace actuar, me compadezco de mis acciones pero no pongo remedio a estas)
Movilización (me hace ponerme en marcha y buscar un remedio o solución a mi conducta errónea anterior)
Pasado (me quedo anclado en el pasado pensando lo mal que hice las cosas)
Presente(al buscar soluciones me hace estar en el aquí y ahora, y no me deja estancado en el pasado).
Emociones negativas
Madurez

Así, podéis observar la diferencia entre sentirse culpable ante una situación (no siempre somos responsables de todo lo que sucede), o sentirse responsables (pongo solución a aquello que he hecho mal y que depende de mi).

¿Quieres pasar a la acción y resolver conflictos o prefieres quedarte anclado en el pasado compadeciéndote de lo mal que hiciste las cosas?
¿Te ayudo a sentir en consonancia y acorde con los hechos sucedidos?

Psicóloga Judit López
Psicóloga Barcelona
Psicóloga Santa Coloma de Gramenet

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